La relación que se da entre padres e hijos representa el modelo para establecer las maneras como las personas interactuarán con sus semejantes a lo largo de toda su vida.
La realidad es que un ser humano no puede "controlar" su vida afectiva de tal modo que sus sentimientos por todos y cada uno de los miembros de su familia sean exactamente iguales; por lo que cuando se le pregunta a una persona ¿A cuál de tus padres quieres más? Se siente sorprendida, incómoda e incluso angustiada.

Reconocer que existe un amor sensible, que hará que nos inclinemos más hacia algún hijo en especial, tenemos también un amor racional que es capaz de entender siendo justos la necesidad de buscar el bien, la conveniencia y la felicidad de todos y cada uno de los miembros de la familia. Es este amor racional el que nos lleva a ser consistente y justos en forma recíproca en el trato de nuestras relaciones personales.
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